Durante varios años, el Ministerio de Salud ‘mantuvo un divorcio’ con la práctica de la medicina alternativa y de terapias complementarias. Se consolidó un cambio y fue incluida en los sistemas que maneja la Cartera de Estado, para que sea integradora y así los pacientes reciban beneficios en conjunto con la medicina convencional.
“Algunas personas tienen un mal concepto del trabajo que realizamos. Pensaban que hacíamos daño a la gente en el trabajo, relaciones…”, dice Santos Lanchi Rueda, presidente del Grupo Ancestral Luz, Libertad, Sanación, Justicia, Hermandad e Intercultural. La mayoría de este son de la provincia de Loja y están regularizados desde el 23 de agosto de este año.
Considera que, aunque hay quienes se tratan de “aprovechar”, la mayoría trabajan bien y por eso están enmarcados en la Ley. Cuenta que en su caso aprendió gracias a que sus ancestros tenían los conocimientos y desde pequeño le inculcaron. “Me enseñó mi abuelo y a él mi bisabuelo”.
En la agrupación que dirige trabajan para mejorar el estado de ánimo y la salud mental, la física y la espiritual. Tratan problemas de salud con medicina natural, realizan limpias y ayudan a sobrellevar las enfermedades.
Adicional a este grupo está reconocida la Asociación de Medicina Ancestral Alternativa y de Terapias Complementarias (Amaatc) y Sunti Ñañ.
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